jueves, 6 de octubre de 2011

“Show must go on”

Bajo perfil en la Casa McQueen


Hizo lo que tenía que hacer, dio lo que tenía para dar y partió. Alexander Mc Queen decidió dejar el show en el que sumergía a todos los amantes del buen diseño, quienes lo consideraban el “enfant terrible de la alta costura inglesa”, escapando para unirse con los suyos: el alma de su incondicional madre y la de su amiga y descubridora Isabella Blow.

Cambió el esquema/concepto de la moda del Siglo XXI. De tinte netamente sensiblero, oscuramente provocador y polémico, mostraba en cada creación lo que el mundo le sugería a él mismo: la tensión desde dolor de la violencia pasando por la alucinación y el desprecio repulsivo a una irrealidad oscura conectando el pasado con el futuro, como en algunas escenas de los míticos films de Tim Burton que quedan grabadas en el subconsciente y reaparecen en los sueños de quienes los atestigüen.

Quizás eran sus sueños y sus pesadillas las que encandilaban en cada interpretación, y las que desplegaban los mensajes que no se animaba a contar de otra forma más que plasmados en cuerpos andróginos, estelares, intergalácticos, submarinos impresionables. Algunos se animan a decir que era fanático de mezclar arte y ciencia, como así también de fusionar moda y tecnología. Según él, todo era biográfico en algún sentido, porque siempre tenía que estar plasmada su alma en cada acción.

Insistía en que “con la moda te puedes convertir en una isla”. Pero difícilmente su nombre quede grabado en un naufragio; su nombre no muere con él, sino que deja paso a una nueva era de iluminación vanguardistica.

De sombra de McQueen a estrella guía de la firma durante 14 años, Sarah Burton quién
durante la mitad de la carrera de Alexander fuera su primera y única asistente, fue nombrada hace unas semanas la Directora Creativa de esa Casa, y encargada del desarrollo de todas las colecciones de la marca, entre las que se encuentra el lanzamiento de una línea de underwear masculina.



Como el pistón que da fuerza a la máquina, se mantuvo en el anonimato de la firma durante todos estos años, desde 1996 mientras estaba en su último año de carrera en la Escuela de Moda Saint Martins (en la que Queen también se había formado, al igual que el ilustre Galliano). Con 25 años fue jefe de diseño de la línea femenina. Hoy se puede dar fe de que es poseedora de una sensibilidad y mente macquiniana única: terminó de dar las últimas puntadas a las 16 obras de arte que Lee, como le decían sus íntimos, dejara inconclusas antes de su suicidio y que formarían parte de la colección otoño – invierno 2010.

Así como las estrellas están en el cielo, y las sombras plasmadas en la tierra, Burton supo siempre como adaptar las ideas de Alexander en objetos comerciales.
Si bien a McQueen le quedaron infinitas respuestas por responder, hoy se sabe que Burton continuará con su verdadera esencia y dándoles a todos sus inconclusas respuestas.

@glamoureando

Escrito en agosto de 2010 mientras cursaba Periodismo Especializado en Moda (UADE).

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